
Si quiere entretenerse viendo la película intente identificar los siete únicos planos que valen la pena: cuatro de carácter gore, dos sacados del imaginario romántico, y uno, premeditadamente, humorístico.
Disfrute el momento irracional, más no absurdo como el resto: un hombre con licantropía decepciona de una forma particularmente incómoda a los señores psiquiatras de la época al echar abajo sus muy científicas observaciones.
Anthony Hopkins da una lección de actuación: la mediocridad dramática puede ser matizada si el personaje se convierte en lobo. Del Toro da la misma lección, aunque parece que sufre demasiado al demostrarlo.
Algo fue realizado con el método del hachazo, el guión o el montaje. Recuerde que este antiquísimo método sólo es efectivo en una batalla medieval, una sesión espiritista de boy scouts, y en cualquier momento de las relaciones eróticas contemporáneas. El vacío es causa y es consecuencia.
Vea el trailer solamente. Es como la versión a la que no le falta nada.
Si de todas maneras va al cine, puede quedarse dormido la primera media hora, los disparos lo despertarán justo a tiempo: después de que aparezca Geraldine Chaplin. Retome el hilo de la trama, no es muy complicado, y vuelva a dormirse.
En ocasiones hay personas a su lado en el cine, siempre están presentes en este tipo de películas, que repiten todo lo que ocurre en la pantalla. Aproveche y nutra su odio hacia ellos, foméntelo. Se merecen cada gramo de rencor, aunque no tanto como los especímenes que desde atrás golpean la silla.
En manos de un director con mayores necesidades espirituales, o una mínima inquietud literaria, tal vez hubiese sido posible la refundación del mito. Y no puedo evitar hablar mal de él: se llama Joe Johnston, dirigió a Robbin Williams en Jumanji, y seguro son amigos.
Con la frase final que escuchamos en voz en off de la protagonista, algo sobre el hombre que lleva una bestia o que es más bien bestia, puede armar una cadena de mensajes y enviarlos por mail, los otros pueden ser “la naturaleza es sabia” y “cada día es un regalo para todas las criaturas de Dios”.
A ningún otro monstruo lo habían hecho quedar tan mal: Chewaca, Hulk, la Momia, Bush. Compárelos, se dará cuenta que el que menos se merecía lo que le hicieron fue el hombre lobo.
No rompa la botella de vodka antes de sacarle las últimas diecinueve gotas, ame como nunca nadie había amado antes, visite a su madre, vuelva a los clásicos.
Decir que la pelicula es mala sería un alago, ni Del Toro salva semejante basura. En cambio, el señor Casablanca, siempre le salva a uno los malos momentos con lecturas como esta. Un trago de tequila a su salud y las huellas de sus dedos.
Esto decía uno de nuestros últimos tweets "El hombre lobo devora la taquilla ha sido vista por 178.086 de personas en el Colombia". En este país las películas se eligen de la misma forma en que se vota por el presidente.
La última frase de tu post, querida Escenaenelmar es de antología. Si me lanzara a una campaña utilizaría este eslogan.